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Mostrando entradas de julio, 2009

Un día común...

Quizá es un buen momento para que las palabras se derramen sin sentido y los latidos se olviden en el teclado que tocan mis dedos, letras pequeñas, letras en tono azul significando poco o tal vez nada, el tarareo de una canción que habla del ayer, un ligero olor a melancolía se pasea por mi cuerpo y de repente, se detiene. ¡Cuenta, cuéntame algo que sea verdad! O miénteme como siempre, yo seguiré sentada en esta silla que puede ser el juguete perfecto de cualquier niño, esperando un momento para olvidar, olvidar que debo recordar, recordar que los silencios gritan en mis sueños y soñar que escribo frente a una computadora un texto que se olvidará. Olvidé escribir para ti, ¿ o para mi?

Correspondencia

¡Acércate! Quiero rozar tus labios con mi lengua lentamente. Quiero besarte y tocarte como no lo han hecho otras manos en tu vida, acariciarte y llevarte a la ruina, o quizá, ¿a la gloria? Necesito decirte que tengo ganas de ti, de gozar de tu cuerpo, quiero que me hagas olvidar los miedos. Quiero ceder, quiero sentirte. Quiero ser algo más que el tiempo que se caduca fuera de la habitación. Quiero acercarme a ti para luego comenzar a desnudarte. Beso tu rostro, muerdo tus orejas y deslizo mis manos por tu cuerpo, por tu piel desnuda, descendiendo hasta llegar al centro, temerosas mis manos comienzan el juego y los temblores en tu cuerpo me piden que continúe. Quiero caminar sobre tu espalda desierta, morder tus piernas y provocar una explosión para saciar la sed que me provoca la idea de unos besos atrevidos. Te arrojo a la cama, observo que sonríes y me intimida tu mirada. ¿Te lo había dicho antes? Camino hacia ti y me coloco sobre tu cuerpo, danzamos horizontalmente, danzo sobre